Este proyecto está situado en un edificio simbólico de la ciudad de Zaragoza, antigua sede del Banco Zaragozano. El diseño de esta oficina se distribuye en dos niveles y se dessarrolla en torno a un patio central protagonizado por un mosaico en el suelo, con el escudo de la ciudad, y una bóveda protegida. En este espacio se ha creado une envoltura perimetral de vidrio óptico blanco matizado que contribuye a la sensación de pureza y transparencia que busca transmitir el grupo financiero.
Fotografía: David Zarzoso