
























Como si se tratara más de un espacio mental que físico, el propietario de esta vivienda ubicada en el barrio barcelonés de El Putxet quería reconvertir un apartamento pequeño y anodino en un lugar tranquilo para el estudio y la introspección. Con una dimensión de 42 metros cuadrados y una altura muy justa, el nuevo diseño, además de minucioso y neutral, buscaba que todo se sintiera más grande de lo que realmente es.
Fotos: Javier Márquez